Las plantas y los animales también necesitan oscuridad para poder dormir y orientarse.
Amor
Descorro mis cortinas para que las golondrinas entren.
Agujereo el papel de mi ventana para que salgan las pobres moscas.
Amo a los ratones. Siempre les tiro algunos granos de arroz.
Por piedad a las mariposas nocturnas no enciendo mi lámpara.
Su Che (1036-1101)
“Como en el caso de Romeo y Julieta, la de la lamparita y la polilla es una historia de atracción mortal. Siendo criaturas principalmente nocturnas, las polillas evolucionaron para viajar siguiendo el brillo de la luna, empleando un método denominado orientación transversal.
‘La orientación transversal es similar a cuando nosotros nos guiamos por la estrella polar, que está en un lugar determinado, de forma que sabemos dónde estamos’, explica Jeff Smith, comisario de la colección de polillas del Museo Bohart de Entomología. Smith explica que, del mismo modo, se cree que las polillas mantienen la fuente de luz en una posición determinada en relación con sus cuerpos para orientarse. Lo que la evolución de las polillas no pudo prever fue la proliferación de luz eléctrica las 24 horas del día en nuestro mundo moderno. De hecho, el día en que Thomas Edison patentó la lamparita, fue un día funesto en la historia de las polillas.
‘Todo salió mal porque les hemos dado muchas lunas artificiales’, afirma Lynn Kimsey, profesora de entomología de la UC Davis”. (*Fuente: National Geographic).
La vida del ser humano transcurre en íntima relación con los ritmos de la naturaleza. Debido a que la Tierra gira sobre su propio eje en 24 horas, la mitad del día se encuentra iluminada por el Sol en la que llamaremos “consciencia diurna”. Las 12 horas restantes son de “consciencia nocturna” (límite sólo ampliado por la luz artificial).
La consciencia diurna o del Sol desgasta el cuerpo, y la consciencia nocturna o de las Estrellas repara los daños y el desgaste del día. Por este motivo, las horas nocturnas son importantes para revitalizarnos; para descansar mente, cuerpo y espíritu.
Las plantas se encuentran bajo la misma influencia. El día estimula la fotosíntesis, y la noche las sumerge en la consciencia de las estrellas estimulando el crecimiento, es decir, la vivencia nocturna aporta la energía y vitalización necesarias, y el día la desvitalización.
Una de las leyes de la naturaleza es la necesidad que acompaña a todos los cuerpos de respetar los ritmos naturales. En la medida en que cada vez más sometemos a los cuerpos a estímulos artificiales, provocamos más perjuicios en su salud. Todo lo existente evoluciona por ciclos: el día y la noche forman un ciclo en la vida de todos los seres, al igual que las estaciones, etc.
Las luces encendidas por la noche:
- Estresan a las plantas.
- Alteran su sistema inmunológico.
- Quedan expuestas a la invasión de insectos nocivos atraídos por la luz.
- Alejan a los insectos benéficos y polinizadores naturales que esperan la noche para hacer su trabajo.
- Muchos insectos pierden la vida atraídos por las luces artificiales.
Si tienes un parque, un balcón, un jardín, un vivero o cualquier espacio verde, ofrécele el valioso regalo de la oscuridad. La noche es una necesidad vital.
¿Tú también apagas las luces por piedad a los animales y a las plantas?