Frutos secos, calor de hogar

No es casualidad que el Almendro se convierta en una pequeña estufa para el cuerpo…

El frío me invita a conectar con aquellos frutos que puedan brindarme calor. Es el tiempo de las nueces, las castañas, las avellanas y -mis preferidas-, las almendras. Hoy me detendré en ellas… ¿Por qué me gustan tanto? ¿A ti también te gustan las almendras?

Creo que mi cuerpo es sabio y escoge por sí mismo lo que necesita para cada estación. Pareciera que se contara al oído de qué modo alimentarse, sólo que a veces mi otro costado (por escasa voluntad o antojo), interfiere en su correcta selección. Quizás, la preferencia por los frutos secos no sea solamente una cuestión de que mi cuerpo reconoce sus beneficios, sino que el alma se involucra allí también para pedir su abrigo.

¿Por qué se les llama «frutos secos»? Porque son frutos que en su composición natural (sin trabajo cultural humano) contienen menos de un 50% de agua. Poseen, por lo general, una cáscara dura, como la almendra, la castaña, la avellana, la nuez y el pistacho.

No es casualidad que las almendras vengan a mi encuentro en otoño e invierno, tampoco es casualidad que el Almendro se convierta en una pequeña estufa para el cuerpo. Es que este hermosísimo árbol también se ha convertido en una estufa para sí mismo puesto que, si bien es susceptible a las heladas, requiere varias horas de energía solar y frío para ofrecernos luego sus mejores y más abundantes frutos. Toma varios recaudos, por ejemplo, elaborar los recursos necesarios para atravesar una gran amplitud térmica en un mismo día. De allí que celebremos luego su magnífica variedad de aceites: sustancias elementales para mantenerlo con vida.

Estas estrategias (que lo ayudarán a sobrevivir a la oscilación térmica y temporadas de sequía), serán las que nos suministren sus maravillosas propiedades; más aún cuando nuestra dieta, por diversos motivos, tenga algunas carencias. Por ejemplo, a mí no me gusta el pescado, entonces, ¿cómo podría obtener una buena dosis de Omega 3 (ácido graso esencial para el organismo)? Así es… a través de las almendras, las espinacas o el aceite de oliva, entre otros alimentos.

Almendras

Sería imposible enumerar aquí todas sus propiedades medicinales y nutritivas, pero te compartiré algunas y, sobre el final, ¡una receta riquísima y muy simple!

La almendra es una aliada del sistema metabólico (conjunto de reacciones bioquímicas que le permiten a un organismo obtener y utilizar la energía y compuestos necesarios para su desarrollo). Cuando el sistema metabólico sufre alteraciones, se lo denomina “síndrome metabólico” pero, ¿de qué se trata? Mira:

La almendra nos ayuda a controlar el síndrome metabólico porque:

  • Es una gran protectora del corazón.
  • Reduce la presión arterial.
  • Aporta ácidos grasos monoinsaturados (buenos).
  • Contiene vitamina E, magnesio, calcio, potasio y vitaminas del grupo B.
  • Reduce el colesterol.
  • Reduce la proteína C reactiva (un biomarcador de inflamación crónica).
  • Podría prevenir y/o tratar afecciones cardíacas, derrame cerebral, diabetes tipo II, resistencia a la insulina, sobrepeso, triglicéridos altos, etc.

La almendra en la cocina

Consumo almendras de manera muy simple. Las tuesto apenas, guardo en un frasco y… ¡listo! Ingiero 4 o 5 al día a media mañana (son una calórica y valiosa colación para los tiempos invernales). Otro modo de incorporarlas es elaborar una muy saludable crema para untar, ¡sí, sí! Sólo tienes que colocar un puñado en el horno a fuego mínimo durante aproximadamente 10 minutos. Una vez tostadas, las procesas en el molinillo hasta obtener la textura deseada y… ¡voilà! Puedes emplear la crema de almendras para preparaciones saladas o dulces; por otra parte, sustituye perfectamente a la manteca, queso crema o pasta de maní.

Foto: gentileza Bioguía

Para conocer muchos secretos más sobre este precioso fruto, ¡te invito a viajar a España! Comparto contigo un documental de un canal de YouTube que suelo mirar. ¡Espero que te guste!

Las almendras, vareo manual del árbol, recogida del fruto, técnicas de pelado y secado al sol

Importante: el consumo de hierbas medicinales es ante todo un tratamiento preventivo y, en segundo lugar, alivia un sinnúmero de malestares, pero de ningún modo deben reemplazar a los medicamentos y/o tratamientos indicados por el médico. Las plantas medicinales poseen precauciones, contraindicaciones y advertencias. Las propiedades aquí descritas son a modo informativo y sobre la base de personas sanas que no estén bajo tratamiento o tomando medicación alopática. Ante cualquier duda o inquietud, debes consultar a tu médico de cabecera.

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